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19 Bienal de Arte Paiz

Con el fin de crear un espacio de discusión, incrementar el acceso y la descentralización del arte, Fundación Paiz organiza desde 1978 la Bienal de Arte Paiz, considerada unas de las actividades más importantes del arte contemporáneo a nivel regional.
Del 6 de junio al 6 de julio del 2014, Fundación Paiz organizará la 19 Bienal de Arte Paiz (19 BAP), bajo el título “Transvisible”.

Transvisible

(Entre un “ya no” y un “aún no”)
Transvisible es un término abstracto, es un concepto que nos permite pensar el arte desde una mirada menos rígida y elaborar interpretaciones menos neuróticas de la existencia. El término fue acuñado por el poeta francés Serge Venturini en 1955, quien lo concibió como un “pasaje intersticial, entre lo invisible y lo visible”. Es decir, un espacio tiempo que puede compararse con el instante donde comenzamos a abandonar el sueño y entramos a un estado de conciencia, tal vez de mayor lucidez.
El equipo curatorial de la 19 BAP, conformado por Anabella Acevedo, Pablo Ramírez, Rosina Cazali y Cecilia Fajardo-Hill, toma este concepto para sugerir las formas en que se están expresando muchos artistas en Guatemala. A obras que aluden a procesos en permanente transición, en correspondencia con un contexto inestable y a veces caótico. Son obras que surgen de una contemporaneidad que no puede explicarse sin asumir sus dinámicas de fragilidad, falta de certeza, contradicción y confusión. Parafraseando a Giorgio Agamben, el arte contemporáneo en Guatemala no es algo que surja como algo obvio, estable o iluminador sino como algo que nos interpela desde la oscuridad.
Lo transvisual se propone como un “pasaje” —a menudo imperceptible o apenas sospechado- que podría posibilitar el desarrollo de formas de reflexión, experimentación e investigación poco frecuentes en el arte, y por ello novedosas y abiertas. Así mismo, procesos que permitan diálogos horizontales, donde puedan relativizarse o cuestionarse los paradigmas sujetos a la modernidad, a la universalidad, las genealogías, las categorías artísticas y la linealidad de la historia dictada por occidente.
En este proyecto, lo Transvisual no se enuncia como algo indiferente o resignado sino como una alternativa crítica sobre nuestro presente, en función de un pasado que nos resulta traumático.

Temas centrales

En base al panorama del arte contemporáneo en Guatemala, se han delimitado cuatro temas que son la base del proyecto y que conformarán las exposiciones centrales de la Bienal. Estos son:

Especificidades que se nombran a sí mismas

Éste es un proyecto expositivo que intenta trascender una genealogía y una contemporaneidad supeditada al canon de la modernidad, en la cual la especificidad cultural indígena se encuentra desdibujada o reconfigurada a través del folclore, el turismo y tantas otras nociones de corte paternalista.
Son obras que evidencian espacios y discursos contemporáneos elaborados y enunciados desde la ruralidad, desde lo comunitario o desde poéticas que cuestionan el paradigma de Estado-Nación que ha permeado por siglos a la historia y a la sociedad guatemalteca.
La cuestión ontológica es fundamental en este proyecto, más no como actitud obsesiva de “definición” del ser o como búsqueda de una identidad congelada en respuesta a la modernidad concebida desde el pensamiento occidental. Lo especifico del “ser” se enuncia aquí como un espacio de tránsito y de duda, donde es posible construir y reflexionar sobre esas “otras historias” y “otras realidades” contemporáneas.

Sanación y autoconocimiento

Este segmento está dedicado a prácticas que se sitúan en el borde del arte. Son obras para ser experimentadas de manera física y psicológica. En una dirección conceptual, los objetos solo existen en función de esa experiencia; están asociados a la mutabilidad y algunos para ser utilizados por los espectadores, como pasajes que nos invitan a explorar cómo las expresiones que se generan en el espacio privado se proyectan en lo público. En general son obras que estimulan la exploración individual o la interacción de grupos a través de “rituales sin mitos”, procesos de sanación y formas parecidas a las terapias. Estas son obras procesuales que sugieren el rol del arte en el tránsito hacia el autonocimiento.

Masculinidad y violencia

La violencia es una de las conductas más asociadas a la construcción social de la subjetividad masculina; en dichos populares, se asegura, “un hombre debe exponerse a ésta para transformarse en hombre.” Esta exposición intenta generar posiciones más críticas sobre el supuesto “deber ser hombre”. Las obras exploran las coordenadas que la sociedad impone sobre la idea de masculinidades, reflexionan sobre las culturas de violencia, exploran sus estructuras sociales y su incidencia sobre los hombres de un país como Guatemala.

Cuerpo / Territorio / Sexualidad

Con frecuencia colocado dentro de categorías estrechas y definidas desde el espacio del buen gusto y lo moralmente aceptado, el cuerpo ha sido sujeto obsesivo de la mirada de artistas, académicos y otros. Asociado por muchos a una sexualidad determinada únicamente por la biología, a lo largo de la historia ha sido también territorio en disputa desde el cual se indagan identidades, se cuestionan certezas y se establecen nuevas maneras de entenderse/mostrarse/travestirse. Por momentos difusa y ambivalente, la sexualidad acompaña nuestra contemporaneidad de manera esquizofrénica y se nos presenta como vehículo para explorar nuestros fantasmas, deseos y temores.
¿Desde qué marcos conceptuales se acercan los artistas al cuerpo hoy? ¿Cómo se presenta éste en relación con las sexualidades dentro del imaginario social y estético en Guatemala? Estas son algunas de las interrogantes desde las cuales se pretende enunciar esta exposición, posibilitando nuevas maneras de explorar el cuerpo– y todas sus posibles implicaciones filosóficas, sociales y estéticas– partir de interpretaciones que trasciendan reduccionismos binarios o posiciones normalizadoras.
En esta búsqueda permanente de sentido, aportes desde el feminismo, la teoría queer, los estudios poscoloniales y la tradición posestructuralista han sido fundamentales para acercarnos a nociones más contestatarias de la sexualidad.